En esta ocasión monseñor Luis Argüello, nuevo arzobispo de Valladolid, ha acudido a este humilde dibujante para que le diseñe su nuevo escudo de armas.
Se trata de un elemento identificativo que de aquí en adelante usará en todos los documentos y trámites oficiales identificando al nuevo prelado por los símbolos e imágenes de los que está integrado y que él mismo ha elegido.
El nuevo escudo arzobispal destaca por tres elementos íntimamente ligados a su vida personal y espiritual y firmado por su lema episcopal. En concreto, este elemento se divide en tres celdas o espacios, los también denominados cuarteles, dos en la parte superior y uno en la inferior que se van estrechando por el centro de la imagen: en el cuartel superior izquierdo aparece sobre fondo de plata la imagen del Espíritu Santo simbolizado con una paloma mientras que en el superior derecho está la imagen de Nuestra Señora del Tovar, una pequeña escultura del siglo XIII que está conservada en la iglesia parroquial de Meneses de Campos. Y es precisamente esta localidad palentina donde el nuevo arzobispo nació hace ahora 69 años y a cuya advocación mariana se ha encomendado para esta nueva misión pastoral junto a la Nuestra Señora de San Lorenzo, patrona de Valladolid, y Nuestra Señora del Lourdes, patrona del colegio vallisoletano donde realizó sus estudios básicos..
En el cuartel inferior, y único, destaca sobre un fondo rojo el dibujo de una cruz estilizada en oro con la llagada del costado abierto de Cristo, realizada por los talleres de P. Marko Ivan Rupnik en Roma para la capilla de la Sucesión Apostólica de la sede de la Conferencia Episcopal Española. Con todo, este escudo está enmarcado dentro del capelo de arzobispo que llevaba gorro, los cordones y las borlas de color verde (sinople) con diez borlas por banda.
Estos escudos arzobispales tienen su origen en los sombreros del peregrino que en este caso da protagonismo al bastón con una cruz de dos travesaños. Ya en la parte inferior de esta heráldica cabe reseñar la imagen del palio con tres cruces negras, el mismo que se le ha impuesto en la Santa Iglesia Catedral, que evidencia su condición de arzobispo cuya misión culmina con la frase latina «Veni lumen cordium» que viene a significar «ven luz de los corazones», poniéndose así al servicio de los más necesitados, un lema que preside su obra y su trabajo ya desde su nombramiento como obispo auxiliar de Valladolid el 3 de junio de 2016, día de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, gran solemnidad de la iglesia vallisoletana gracias al amor profesado por el beato padre Bernardo Francisco de Hoyos.